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Y ANNA oró y dijo:

Mi corazón se regocija en Jehová,

Mi cuerno es ensalzado en Jehová;

Mi boca se ensanchó sobre mis enemigos,

Por cuanto me alegré en tu salud.

No hay santo como Jehová:

Porque no hay ninguno fuera de ti;

Y no hay refugio como el Dios nuestro.

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